jueves, 16 de abril de 2009

¿Cómo usar las vacunas para prevenir cáncer?*

México DF, abril 13 de 2009.
El de cérvix es el cáncer que más muertes provoca entre las mujeres mexicanas. La infección por virus del papiloma humano aumenta el riesgo de sufrirlo y aunque ya existen dos opciones de vacuna, todavía hay obstáculos para integrar esa tecnología a las políticas públicas de salud: precios incosteables, publicidad engañosa y esquemas de aplicación en debate.

“Hija, si estás viendo este video es que no sobreviví al cáncer cérvicouterino”, sentencia una voz quebrada; el rostro compungido no llega al llanto. “Para ti y para otras mujeres ya hay esperanza”, susurra, mientras una voz en off ensalza las bondades de la vacuna Cervarix contra el virus del papiloma humano (VPH), para prevenir el cáncer de cuello del útero.

La publicidad de la empresa GlaxoSmithKline fue tildada de “chantajista” y “engañosa” por especialistas en el tema, entre ellos el Centro Nacional sobre la Infancia y la Adolescencia, que pidió a la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) que se modificaran sus contenidos. A inicios del mes de marzo la campaña fue retirada.

“El VPH es una infección que lleva muchos siglos conviviendo con nosotros”, comentó Olga Martínez, del Centro Nacional de Equidad de Género y Salud Reproductiva (CNEGySR), al participar en el 13º Congreso de Investigación en Salud Pública, en marzo pasado. Agregó que es necesario aclarar a las mujeres que un diagnóstico de este tipo no es una sentencia de muerte ni significa que necesariamente van a desarrollar cáncer. Más aún, ocho de cada diez mujeres habría tenido alguno de los más de 100 tipos de VPH en algún momento de su vida; muchas probablemente no lo supieron.

No obstante, desde hace más de 25 años se reconoce el papel del VPH como causante del cáncer cérvicouterino. Según datos del Instituto Nacional de Geografía e Informática (INEGI) recabados en 2005, el cáncer de cérvix representa el mayor porcentaje (14.4) de las muertes por cáncer en mujeres mexicanas.

En junio de 2006, la primera vacuna comercial, Gardasil, del laboratorio Merck Sharp & Dohme, fue aprobada por la Food and Drug Administration, de Estados Unidos, como prevención de los tipos 16 y 18 del VPH, causantes de 70 por ciento de los casos de cáncer cérvicouterino en todo el mundo, además de los tipos 6 y 11, que provocan verrugas genitales o condilomas. Ese mismo mes fue aprobada para su uso en México.

En 2007, la Agencia Europea para la Evaluación de Productos Medicinales (EMEA, por sus siglas en inglés) dio su visto bueno a Cervarix, la vacuna “100 por ciento efectiva” contra los tipos 16 y 18 y que ofrece protección cruzada contra otros tipos cancerosos como el 31 y el 45. Para finales de ese año ya se había aprobado en México.





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